Muchas cosas en el fútbol no tienen explicación. Entiendo que el mundo del balompié atrae a todo tipo de personas, algunas honradas, algunos mangantes (entre los dirigentes fundamentalmente), algunos intelectuales, otros gente de la calle... A mi los que me preocupan son los ciegos. Y no me refiero a los ciegos físicos (a los cuales respeto enormemente). La ceguera es un mal que desgraciadamente afecta a muchas personas. Organizaciones como la ONCE ayudan a integrarlas para evitar discriminaciones que antaño se producían. El problema llega cuando la ceguera no es física, sino emocional, intelectual o, lo que es peor, moral.
Hay un caso, trivial, que me hace mucha gracia y llega desde la capital de España. Sirva este ejemplo de base para lo que quiero exponer después. El
caso Raúl. Raúl González Blanco ha sido uno de los mejores delanteros de la Historia del fútbol español, hasta ahí creo que todos estamos de acuerdo. Pero no es eterno. Hace ya varios años que Raúl, por el motivo que sea, ya no está para el primer nivel futbolístico. Marca goles, por supuesto, pero en el Madrid marcaba goles hasta Pedrag Spasic (¿le recordáis?) y Fernando Hierro, gran defensa (pero defensa) no fue pichichi de milagro. El nivel del Raúl actual está a años luz del resto de compañeros de ataque. Pues bien, aún hay mucha gente que le quiere como titular indiscutible. Para gustos los colores, pero si el argumento que utilizan es que es Historia del madridismo, por esa regla de tres vestimos de corto a Alfredo Di Stéfano y ala, a jugar. O a Hugo Sánchez, que es un pipiolo aún. Este caso yo lo considero ceguera emocional. Es duro reconocer que alguien con quien han disfrutado tanto en Madrid tenga que dejar paso a nuevas generaciones, pero es ley de vida y punto.
El tema que realmente quiero desgranar en estas líneas es infinitamente más triste. Se trata de la que denomino ceguera moral, compatible con la llamada poca vergüenza. Practicada por sinvergüenzas (de ahí su nombre) e indeseables, son culpables no sólo de su mala imagen sino también de la de organizaciones, empresas o clubes de fútbol que dirigen. El Real Betis Balompié lleva siendo comandado desde al año innombrable por Manolito y sus muñecos. Listar los motivos que han llevado a la imagen del club al abismo en el que se encuentran sería interminable, pero sí quiero dejar claro mi punto de vista.
Manolito=dinero. Manolito no sabe de sentimientos, de dignidad ni de querer lo mejor para el Betis. Dice que muere por el Betis, pero creo que muere por la disminución de los ingresos económicos debido al descenso, de ahí el pollo montado el Verano pasado con el Xerez. Desde que es mandamás del club (pobre cuchara, aún das coletazos de presidencia de vez en cuando como si quisieras reivindicar un trocito del pastel cuando en realidad no pintas nada, así que cobra de tu amo y a callar), Manolito nos ha dejado a la altura del betún una y otra vez. De equipo simpático en todas partes a ser odiado por todos. Dicen que Madrid y Barcelona también son odiados, que eso es así porque acaparan títulos y no se dejan pisotear por nadie. ¿Y nosotros? ¿Títulos? ¿Acaparadores? ¿No dejarnos pisar? Para empezar el que nos pisa lo tenemos en casa y además estamos en segunda, con unas estructuras de chiste y con todo el fútbol español riéndose de nosotros y odiándonos a partes iguales. Si eso es motivo para ir de prepotente como va Manolito, ya me diréis...
Capítulos como el de la tienda de veinte duros, la sábana pintarrajeá, el medio estadio, el busto, el ridículo del Centenario, Bsport, el jeque, que los béticos íbamos a heredar sus acciones... Te diré lo que vamos a heredar, Manolito. Un club al que nos va a costar dinero, sangre, sudor, lágrimas y mucho trabajo sacarlo de donde lo has metido. Y lo peor es que cada día que pasa lo hundes un poquito más. Sinceramente, háztelo mirar.
Voy a utilizar uno de los símiles (¿sabes lo que significa, Manué?) que tanto te gustan. Yo voy a vender mi casa ¿vale? 80 metros cuadrados, para que te hagas una idea. Me preguntas cuánto pido y te respondo que la casa vale 60 millones de euros. ¿La comprarías? ¿No es lo mismo decirte eso que decir que no quiero vender? ¿Vas a comprar la casa sin enterarte primero si están pagadas la luz, el agua, la comunidad...? ¿Qué pasaría si te da el siroco y me pagas los 60 millones de euros? Que además puedes encontrarte que te dejo una roncha de varios millones más. Vaya negocio, ¿verdad, Manolito? Hay mucho más que contar, mucho que desahogar por todos los años que nos estás haciendo pasar, pero continuaré con este tema en otro momento porque me pones de los nervios, Manué.
Cambiando un poco de tercio, lo inexplicable es que aún haya gente que apoye a este personaje. Aquí hablaríamos de ceguera intelectual, en algunos casos, y de moral, en otros. La intelectual sería la de gente cortita que no quiere o no puede ver la que está liando Manolito, ya sea porque las neuronas no les dan para más o porque ni siquiera se molestan en informarse. Los de ceguera moral son los peores en mi opinión, aquellos que le siguen por la pasta, gente sin dignidad ni principios morales que tragan con todo por unos buenos (y sucios) billetes. Aquí se incluiría la ralea de los cuchara, periodista obeso y demás especímenes.
Voy a dejarlo ya (por ahora) porque me estoy indignando por momentos. Continuará, como se suele decir, el tintero se queda a rebosar de asuntos que iré desgranando poco a poco. Es triste pero creo que la única esperanza de cambio pasa por la jueza Alaya, en el horizonte. Espero que se trate de un horizonte cercano y feliz para el club, falta nos hace.
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