La Radio oficial del club, lejos de ser un instrumento de comunicación, se ha convertido en un órgano de represión, de insulto, de vejación, de humillación y de calumnia a aquellos béticos que se han significado por posicionarse contra la gestión del máximo accionista. 23 béticos inocentes lo saben muy bien, ya que tenían que oír diariamente una cuña donde se les hacía culpables de unos delitos de los que han sido absueltos. Esta forma de actuación es especialmente grave cuando se imputa la comisión de delitos a personas que no tienen la oportunidad de defenderse más que en vía judicial, en las que los varapalos a estos irresponsables comunicadores empiezan a contarse en números muy preocupantes; acumulan más procesos y condenas que toda la prensa sevillana junta.
Por eso, las autoridades competentes deberían atender con rapidez la avalancha de solicitudes que han recibido pidiendo el cierre de este medio de odio y división, que actúa de forma impune y abiertamente ilegal en muchos casos y que ni siquiera dispone de una licencia administrativa para realizar su labor. Es escandaloso que los ciudadanos tengamos que cumplir con nuestros deberes y obligaciones y estos impresentables campen a sus anchas por las ondas sin licencia y sin respeto a quienes pagan su sueldo, que no olvidemos, sale de nuestros bolsillos cada vez que renovamos un abono, compramos un partido por PPV o consumimos algún producto oficial.
Por ello, en nuestras manos está la posibilidad de asfixiarles económicamente, ya que eso y mostrar nuestra repulsa en forma de denuncia ante la Consejeria de Presidencia, es de las pocas cosas que podemos hacer los béticos para repudiar el comportamiento de dudosa decencia de los medios de nuestro club. Llamamos, pues, a todos los béticos a secundar nuestras campañas y luchar entre todos por un Betis distinto, libre y de los béticos.
¡Viva el Betis libre!