Dicen los que lo han visto, que cuando a un pollo se le retuerce el pescuezo, o se le corta la cabeza para sacrificarlo, éste puede correr durante un buen rato, generalmente en círculos, antes de morir.
Curiosamente esta imagen vino a mi mente el sábado, cuando diez jugadores andaban corriendo de un lado para otro por el terreno de juego de Heliópolis. Corrían sin ton ni son, sin un objetivo claro, simplemente porque se supone que les pagan para algo en lo que hay que correr, y como, al parecer, no recordaban aquello por lo que tenían que correr, al menos, corrían, por el que dirán. A mí esa triste imagen me recordó a un pollo corriendo sin cabeza, yendo de un lado para otro sin saber adonde ir, simplemente corriendo, pues mientras corra seguirá vivo y cuando pare habrá muerto. Los jugadores que vestían la verdiblanca el sábado parecían tener la misma idea, correr para no estar parados, correr de un lado para otro hasta que llegue la hora de la muerte, muerte deportiva, se entiende, es decir, hasta que ya no haya más opciones de ascender.
Tal era el descontrol, el desorden, el desgobierno dentro de los jugadores dentro del campo y tal era el descontrol, desorden y desgobierno dentro del banquillo y cuerpo técnico del equipo.
Curiosamente, "y por supuesto, debe ser pura casualidad", ese total descontrol de la situación y de la realidad actual, ese total desorden en todas las facetas y estamentos del club, y ese total desgobierno desde la cúpula directiva del mismo, es decir, desde el máximo, y único, mandatario, es el que se observa meridianamente claro cuando, objetivamente, se quiere analizar la realidad de la actualidad y del día a día del Betis, Real Betis Balompié.
Para algunos: los destructores, la oposición, los amigos de Galera, los cuatro gatos, los 60000 del 15J, para esos pocos, ese descontrol absoluto de la situación, ese desorden en todas y cada una de las circunstancias normales y anormales del club y ese monstruoso desgobierno de la entidad por parte de quién se supone que debería llevarla a buen puerto, tanto económica, como social, institucional y deportivamente. Para algunos, repito, todo esto no es casualidad, sino causalidad, es decir, que todo viene causado por algo y ese algo no es más que la gestión demencial, obsoleta y, presuntamente aún, hasta corrupta e ilegal del mandamás del club, para más señas un tal Lopera.
Y esa desastrosa, horripilante y, al parecer hasta criminal gestión, da como resultado que el descontrol, el desorden y el desgobierno se sientan a ras de césped cada domingo, cada sábado o cada cualquier otro día que jueguen los once jugadores que se visten con la verdiblanca.
Y es que cuando las cosas se hacen mal, difícilmente salen bien... y esto, curiosamente me está recordando al filósofo griego Parménides que dijo...
Bueno, esto mejor lo dejamos para el siguiente post.
VIVA EL BETIS MANQUE PIERDA,
¡ LOPERA VETE YA ! MANQUE GANE
Curiosamente esta imagen vino a mi mente el sábado, cuando diez jugadores andaban corriendo de un lado para otro por el terreno de juego de Heliópolis. Corrían sin ton ni son, sin un objetivo claro, simplemente porque se supone que les pagan para algo en lo que hay que correr, y como, al parecer, no recordaban aquello por lo que tenían que correr, al menos, corrían, por el que dirán. A mí esa triste imagen me recordó a un pollo corriendo sin cabeza, yendo de un lado para otro sin saber adonde ir, simplemente corriendo, pues mientras corra seguirá vivo y cuando pare habrá muerto. Los jugadores que vestían la verdiblanca el sábado parecían tener la misma idea, correr para no estar parados, correr de un lado para otro hasta que llegue la hora de la muerte, muerte deportiva, se entiende, es decir, hasta que ya no haya más opciones de ascender.
Tal era el descontrol, el desorden, el desgobierno dentro de los jugadores dentro del campo y tal era el descontrol, desorden y desgobierno dentro del banquillo y cuerpo técnico del equipo.
Curiosamente, "y por supuesto, debe ser pura casualidad", ese total descontrol de la situación y de la realidad actual, ese total desorden en todas las facetas y estamentos del club, y ese total desgobierno desde la cúpula directiva del mismo, es decir, desde el máximo, y único, mandatario, es el que se observa meridianamente claro cuando, objetivamente, se quiere analizar la realidad de la actualidad y del día a día del Betis, Real Betis Balompié.
Para algunos: los destructores, la oposición, los amigos de Galera, los cuatro gatos, los 60000 del 15J, para esos pocos, ese descontrol absoluto de la situación, ese desorden en todas y cada una de las circunstancias normales y anormales del club y ese monstruoso desgobierno de la entidad por parte de quién se supone que debería llevarla a buen puerto, tanto económica, como social, institucional y deportivamente. Para algunos, repito, todo esto no es casualidad, sino causalidad, es decir, que todo viene causado por algo y ese algo no es más que la gestión demencial, obsoleta y, presuntamente aún, hasta corrupta e ilegal del mandamás del club, para más señas un tal Lopera.
Y esa desastrosa, horripilante y, al parecer hasta criminal gestión, da como resultado que el descontrol, el desorden y el desgobierno se sientan a ras de césped cada domingo, cada sábado o cada cualquier otro día que jueguen los once jugadores que se visten con la verdiblanca.
Y es que cuando las cosas se hacen mal, difícilmente salen bien... y esto, curiosamente me está recordando al filósofo griego Parménides que dijo...
Bueno, esto mejor lo dejamos para el siguiente post.
VIVA EL BETIS MANQUE PIERDA,
¡ LOPERA VETE YA ! MANQUE GANE
