(Publicado en "Al final de la Palmera")
El domingo 31 de Mayo de 2009, el Real Betis Balompié, se juega dos finales cruciales para el futuro de su Centenaria Historia.
La primera se juega en el terreno de juego y el rival es el Real Valladolid Club de Futbol. Ante esta final de resultado incierto, solo hay una cosa clara. El Beticismo se dejará sus decenas de miles de gargantas, camisetas, banderas y bufandas animando a su Betis, torciendo por sus trece barras desde el minuto 1 hasta el final del descuento del segundo tiempo.
Ganar es fundamental para quedarnos en primera división un año más y que la debacle económica no se multiplique en los próximos años.
Ante esto, una vez más, insisto. Desde el minuto al pitido final el ánimo de la grada será incesante, pase lo que pase, en el terreno de juego y en otros campos. Eso, ningún Bétic@ lo duda.
La segunda final se juega en las gradas del estadio, en las mismas entrañas del coliseo de Heliópolis, nuestra casa, y el rival no es más que el cáncer que corroe, desde hace años, el alma y el sentimiento verdiblanco. Además de hundir económica, social y institucionalmente a nuestro Real Betis Balompié. Los rivales no son otros que Lopera (máximo responsable) y toda la cohorte de aduladores que lo secundan bien por intereses personales o bien por intereses económicos (o ambos).
Esta final empezará nada más termine la primera, es decir, al finalizar el partido contra el Valladolid y cuando el Real Betis Balompié, (ojalá) se haya quedado en primera división.
Sin embargo, la alegría, aunque habría que decir más bien el alivio, el final del sufrimiento ante el descenso, no puede cegarnos. Ese suspiro de alivio debe durar unos segundos para después recordar que en ese momento empezará la segunda final. La que en muchos sentidos, es incluso más importante que la primera, puesto que aquí no nos jugamos un descenso en la división del futbol español, sino un descenso a los infiernos. Infiernos que estamos bordeando hace ya varios años.
Por todo ello, ante esto, pase lo que pase, insisto: PASE LO QUE PASE. Al final del partido todo Bético o Bética que quiera luchar por su Betis, que quiera que la dictadura, la falta de estilo y elegancia, la desvergüenza dejen de ser las que dirijan a su Betis. Todos esos Béticos y Béticas debemos quedarnos en el estadio para hacernos escuchar, para que los responsables de tantos años de vergüenza e indignidad con las trece barras se enteren de una vez.
El domingo, a eso de las 9 de la noche, no tenemos que tener prisa. Nuestro Betis, el Betis de nuestros padres y abuelos, el Betis de 1907 (no el del 92) nos necesita. Por todo ello YO ME QUEDO EN EL ESTADIO PARA QUE SE OIGA MI OPINIÓN...
¿Y TU QUE VAS A HACER?
PIÉNSALO DE AQUÍ AL DOMINGO, PORQUE PODEMOS CAMBIAR EL FUTURO DE NUESTRO BETIS, NO LO DUDES NOSOTROS SOMOS EL BETIS Y NOSOTROS PODEMOS (Y DEBEMOS) SALVARLO.
El domingo 31 de Mayo de 2009, el Real Betis Balompié, se juega dos finales cruciales para el futuro de su Centenaria Historia.
La primera se juega en el terreno de juego y el rival es el Real Valladolid Club de Futbol. Ante esta final de resultado incierto, solo hay una cosa clara. El Beticismo se dejará sus decenas de miles de gargantas, camisetas, banderas y bufandas animando a su Betis, torciendo por sus trece barras desde el minuto 1 hasta el final del descuento del segundo tiempo.
Ganar es fundamental para quedarnos en primera división un año más y que la debacle económica no se multiplique en los próximos años.
Ante esto, una vez más, insisto. Desde el minuto al pitido final el ánimo de la grada será incesante, pase lo que pase, en el terreno de juego y en otros campos. Eso, ningún Bétic@ lo duda.
La segunda final se juega en las gradas del estadio, en las mismas entrañas del coliseo de Heliópolis, nuestra casa, y el rival no es más que el cáncer que corroe, desde hace años, el alma y el sentimiento verdiblanco. Además de hundir económica, social y institucionalmente a nuestro Real Betis Balompié. Los rivales no son otros que Lopera (máximo responsable) y toda la cohorte de aduladores que lo secundan bien por intereses personales o bien por intereses económicos (o ambos).
Esta final empezará nada más termine la primera, es decir, al finalizar el partido contra el Valladolid y cuando el Real Betis Balompié, (ojalá) se haya quedado en primera división.
Sin embargo, la alegría, aunque habría que decir más bien el alivio, el final del sufrimiento ante el descenso, no puede cegarnos. Ese suspiro de alivio debe durar unos segundos para después recordar que en ese momento empezará la segunda final. La que en muchos sentidos, es incluso más importante que la primera, puesto que aquí no nos jugamos un descenso en la división del futbol español, sino un descenso a los infiernos. Infiernos que estamos bordeando hace ya varios años.
Por todo ello, ante esto, pase lo que pase, insisto: PASE LO QUE PASE. Al final del partido todo Bético o Bética que quiera luchar por su Betis, que quiera que la dictadura, la falta de estilo y elegancia, la desvergüenza dejen de ser las que dirijan a su Betis. Todos esos Béticos y Béticas debemos quedarnos en el estadio para hacernos escuchar, para que los responsables de tantos años de vergüenza e indignidad con las trece barras se enteren de una vez.
El domingo, a eso de las 9 de la noche, no tenemos que tener prisa. Nuestro Betis, el Betis de nuestros padres y abuelos, el Betis de 1907 (no el del 92) nos necesita. Por todo ello YO ME QUEDO EN EL ESTADIO PARA QUE SE OIGA MI OPINIÓN...
¿Y TU QUE VAS A HACER?
PIÉNSALO DE AQUÍ AL DOMINGO, PORQUE PODEMOS CAMBIAR EL FUTURO DE NUESTRO BETIS, NO LO DUDES NOSOTROS SOMOS EL BETIS Y NOSOTROS PODEMOS (Y DEBEMOS) SALVARLO.