Si no fueran pocos los desmanes, abusos y despropósitos que este personaje, el cual continúa siendo el principal (pero sólo) accionista, continúa realizando desde que rige los destinos del Real Betis Balompié, cuan entristecido me quedo cuando cada vez que se empieza a dilapidar agosto, desde hace algún tiempo, no veo por ninguna parte aquel entrañable partido de presentación que se jugaba en Heliópolis, para que los aficionados pudiéramos asistir bajo precios habitualmente módicos, a ver al nuevo Betis.
Los meses de agosto de los últimos años, se han caracterizado precisamente por la eliminación de ese encuentro de presentación que tanto sabor tenía. Niños y adultos, qué ilusionados y felices estábamos cuando veíamos por aquel entonces a equipos de la talla del Os Belenenses -cuando inauguramos el marcador electrónico-, el West Bronwich Albion, el Peñarol....
Y es que, siempre, desde nuestros béticos ancestros, hubo presentaciones. Inclusive de hasta clubes internacionales, allá por los años 30. Los ariscos 40 y principios de los 50, nos trajeron amistosos con clubes regionales cercanos, pero que también sembraron la expectación en su momento. A partir de los años 60 las presentaciones fueron una constante. En este capítulo, incluyamos también, por que no, aquellos trofeos Ciudad de Sevilla, que se disputaban incluso cuando uno de los dos clubes sevillanos (o los dos), estaban en la Segunda División.
"Por doler me duele hasta el aliento", parafraseando al gran Miguel Hernández en su elegía a la muerte de Ramón Sijé. Permítanme el paralelismo, porque anoche sentí un inmenso dolor cuando comprobé que desde la otra Sevilla balompédica, no se abandonan esos amistosos, aunque de camino sigan "mitificando" y honrando de la forma que sea a su entidad, pues saben aprovechar los momentos; todo lo contrario que aquí, porque aquí ya ni siquera se realiza la presentación de los jugadores de la plantilla, hecho este que congregaba a aficionados, a directivos y a periodistas; todo ello, bajo un protagonista común: el Real Betis Balompié. Los recuerdos del tiempo que viví, me impregnaron con la llegada de aquel Esnaola, cuando fichó estando en Segunda; de Cardeñosa, de Parra, de Calderón....Era pues, la ilusión que mezclaba a la Afición y a los directivos.
Y este, este es el enlutecido Betis agosteño y sin televisión, al que un individuo le ha robado la ilusión de tal forma, que ni siquiera este "secuestrador legal" le permite una sonrisa mínima a sus aficionados, después de haber sido el principal responsable (como principal gestionador del Club) del descenso a la Segunda División. Y lo que es peor aún y de una gravedad extrema: no dar la cara en ningún momento.
Los meses de agosto de los últimos años, se han caracterizado precisamente por la eliminación de ese encuentro de presentación que tanto sabor tenía. Niños y adultos, qué ilusionados y felices estábamos cuando veíamos por aquel entonces a equipos de la talla del Os Belenenses -cuando inauguramos el marcador electrónico-, el West Bronwich Albion, el Peñarol....
Y es que, siempre, desde nuestros béticos ancestros, hubo presentaciones. Inclusive de hasta clubes internacionales, allá por los años 30. Los ariscos 40 y principios de los 50, nos trajeron amistosos con clubes regionales cercanos, pero que también sembraron la expectación en su momento. A partir de los años 60 las presentaciones fueron una constante. En este capítulo, incluyamos también, por que no, aquellos trofeos Ciudad de Sevilla, que se disputaban incluso cuando uno de los dos clubes sevillanos (o los dos), estaban en la Segunda División.
"Por doler me duele hasta el aliento", parafraseando al gran Miguel Hernández en su elegía a la muerte de Ramón Sijé. Permítanme el paralelismo, porque anoche sentí un inmenso dolor cuando comprobé que desde la otra Sevilla balompédica, no se abandonan esos amistosos, aunque de camino sigan "mitificando" y honrando de la forma que sea a su entidad, pues saben aprovechar los momentos; todo lo contrario que aquí, porque aquí ya ni siquera se realiza la presentación de los jugadores de la plantilla, hecho este que congregaba a aficionados, a directivos y a periodistas; todo ello, bajo un protagonista común: el Real Betis Balompié. Los recuerdos del tiempo que viví, me impregnaron con la llegada de aquel Esnaola, cuando fichó estando en Segunda; de Cardeñosa, de Parra, de Calderón....Era pues, la ilusión que mezclaba a la Afición y a los directivos.
Y este, este es el enlutecido Betis agosteño y sin televisión, al que un individuo le ha robado la ilusión de tal forma, que ni siquiera este "secuestrador legal" le permite una sonrisa mínima a sus aficionados, después de haber sido el principal responsable (como principal gestionador del Club) del descenso a la Segunda División. Y lo que es peor aún y de una gravedad extrema: no dar la cara en ningún momento.
