Javier Mérida 28 de enero de 2009 a las 16:28
¿Se imaginan que alguien le prohibiese la entrada a Johan Cruyff en el Camp Nou o a Vicente del Bosque en el Bernabéu? Nunca pensé que iba a tener que utilizar estas líneas para defender a Lorenzo Serra, a quien en su día critiqué por asuntos deportivos en los que pienso que pudo equivocarse, y que no vienen al caso, y por los que hubo quien me tachó de loperista cuando no lo fui ni cuando la mayoría del periodismo, bético o sevillista, abrazaba la fe de este mandamás y reía sus gracias, que dicho sea de paso las tiene el personaje en cuestión, ése que tanto denigra y daña la imagen del Betis.
Pero en paralelo a ese gracejo, a ese arte y a esa facilidad de ganarse al personal en las distancias cortas, su retrato se dibuja atendiendo a sus modales. Siempre le reprobé sus aires de grandeza, sus alabanzas al dinero y a quien lo tiene y la ausencia absoluta de clase (entiéndase estilo) en sus procederes, que tanto daño le provocan socialmente a la entidad, a su imagen. El Betis no se merece a alguien así. Un club querido y admirado en toda España ha ido derivando en el hazmerreír y la vergüenza del país por mor de quien maneja zafiamente sus hilos.
A horas de jugarse media vida en la Copa del Rey, un nuevo hecho lamentable ha salpicado a la entidad heliopolitana. No es cosa de entrar en si Serra es el mejor entrenador de la historia del Betis, ni de cuestionar sus méritos y deméritos, que algunos tendría, cuando estuvo al frente de su banquillo, pero que el hombre que lideró a la plantilla que ganó uno de los tres títulos que adornan el palmarés verdiblanco (Carranzas al margen), o que lo ascendió y jugó dos finales de Copa, no pueda acceder al estadio de Heliópolis (sí, Heliópolis) es, sencillamente, vergonzoso.
Para más inri, luego de tan vomitiva prohibición se utiliza esa web oficial malcriada para atiborrarla de pretextos y excusas con las que lavar, de cara al exterior, se supone, el ridículo oficiado en la mañana del 28 de enero de 2009 a la puerta de cristales del estadio. No se trataba de tenderle una alfombra ni siquiera de esperarlo. Seguramente, el técnico de Sa Pobla, acreditado como periodista o no y conocedor del paño, no esperaba ni siquiera los buenos días, pero de ahí a prohibirle la entrada para grabar unos planos con los periodistas de la televisión balear va un abismo. Porque, no se olvide, Serra es, además de un entrenador exitoso en la entidad, un profesional que siempre habló bien del Betis y que si en su día cometió el error de firmar por el Barcelona teniendo contrato en vigor con el club sevillano, lo enmendó de sobras son su regreso triunfal.
Esa manía de convertir a los héroes en mártires en vida, que los hace aún más héroes, se ha cobrado, con creces, un nuevo miembro. Del Sol, Cardeñosa, Gordillo y tantos y tantos otros a los que este Betis que ojalá se acabe pronto maltrata y quiere hacer olvidar engrosan tan particular convocatoria. Como si el Betis y los béticos no supieran quiénes son los suyos y quiénes lo utilizan para fines personales y espurios. ¡Qué lástima saber que no será la última! ¡Qué vergüenza, Dios!
http://blogs.grupojoly.com/meridona/2009/01/28/serra-y-el-de-siempre/