ESTILO BETIS.
Dijo hace ya unos años Javier Clemente, que el Betis no debería ser el equipo del “Ole ole”, caracterizado por el aficionado de la bota de vino y el sombrero cordobés. Al margen de disparidades con su manera de ver el fútbol, cuando dijo esto, poco más o menos entendí que quería hacer del Betis un equipo respetado por todos tanto fuera como dentro de los terrenos de juego, además de pretender inculcar que el ganar está por encima de hacer bonitos partidos algunas veces, inclusive perdiendo. Vamos por cualquier lugar del país y nos encontramos a quien nos dice “viva er betih” más por una gana de caer simpático que porque realmente sienta afinidad por nuestro club, lo cual, mucho antes que en el 92, sino más bien desde que en los cómics de TBO se dibujaba al sevillano precisamente con esos atuendos característicos. Mi vecino del tercero, con casi ochenta años de edad, me enseñó hará unos días un recorte de periódico del diario ABC, de cuando fueron a visitarlo a su casa por el mero hecho de sacarse el carnet tras haber bajado a Tercera División, en mero tono de solidaridad; casi diría que el Manque Pierda comenzó con él. Los que afirman que la imagen del Real Betis y los béticos no va a cambiar creen que esto no tiene arreglo; ¿lo tiene? ¿Es necesario que se arregle?.
Quienes piensan que no, sin que les falte razón, consideran que el Betis es, más que un equipo de fútbol, una filosofía de vida y una manera de llevar las cosas, una creencia y un sentido de ver el mundo que traspasa los límites de lo que ocurre los domingos a las cinco de la tarde en forma tradicional. Sin embargo, lejos de quienes consideran así al Betis, mirándolo a corto plazo, he visto cómo en otros clubes se ha cambiado radicalmente del punto de vista modesto, al respeto más absoluto sin mirar a sus aficionados con la pena que causamos los béticos cuando se nos ve vegetar por los campos de la Segunda División. Esa pena, dicho sea de paso, roza la ofensa cuando se nos considera poca cosa.
Curiosamente, a muchos de quienes piensan que el folclore pertenece a nuestra filosofía de vida, llena de simpatía y a la vez de ineficacia por mezclar la buena vida con la buena gestión, precisamente les parece incompatible el que seamos simpáticos y a la vez serios llevando un club como es de Ley, gestionado al céntimo, de forma transparente, diligente y clara, compaginando la profesionalidad con la sonrisa en lo que podría llamarse un “Estilo Betis”, que levante a nuestro club a los puestos más altos de la tabla de forma estable. Argumentar en derecho no tiene por qué ser incompatibles con la sonrisas de las tapas de un bar, ni la viabilidad económica que puedan plantear economistas tiene que mostrar una actitud seca o falta de armonía, impropia de los béticos, que los hay, y muchos, que son así y curran cada mañana a las siete (Sí, Don Miguel Cuéllar, tiene usted razón).
Un bético que grite y anime, que exija a sus directivos inclusive su marcha cuando las cosas vayan mal, no desentona su pensamiento con el gritar Manque Pierda cuando las cosas vayan mal. No es un analfabeto o poca cosa quienes gritan a favor del Betis esté donde esté, conste en acta, pero, cuando he visto tantos dirigentes vivir de esa llamada Cruz en el Manque pierda, hablando de retóricas baratas mientras nuestra entidad se hundía, no me pregunto ¿No es hora ya de no dejar a los que nos han estado gobernando que se acomoden con el discurso fácil?. De la misma manera que hinchas de otros clubes presumen de su personalidad a la hora de exigir su sitio como club en una tabla, el conformismo entre los béticos nunca debe ser una virtud, de tal manera que, sin renegar de una historia llena de grandeza en la humildad, la grandeza tan deseada llegue de mano de quienes gestionan y de una afición que legalmente pide lo que es un sitio entre los grandes.
Es el “Estilo Betis” que debe poner al Trece Barras en lo más alto, de forma unida, sin sumisiones ni adhesiones en tono de “Sí señor, lo que usted diga”, sino con la personalidad de que no nos pueden. Y quien crea que someterá a una afición a su voluntad, deberá encontrarse con el grito por la Justicia de una masa social que está desde muchos puntos de vista, por encima de su propio club y sus dirigentes.
José Joaquín Solís Santos
www.betis.com.esDirector del programa Estilo Betis, 90.4 FM