Con una pizca de solvencia como anfitrión, en el Betis estarían en otra historia que la de evitar el descenso
REOCUPANTE cuestión ahora que el Tourmalet pasó para el Betis es
la fragilidad que muestra a favor de querencia, sobre todo cuando
tantos vecinos en la tabla han de hollar Heliópolis. Cierto es que el
equipo de Chaparro ha superado el manido Tourmalet con mejor
nota de la que se le auguraba, con más puntos de los que hubiesen
previsto los más optimistas. Cierto es también que en los momentos de
lucidez, el Betis demuestra que es capaz de desarbolar a cualquiera, no
olvidemos que le ha hecho cuatro goles al del monólogo y que la crisis
que sufre éste comenzó a fraguarse cierta noche de sábado reciente en
Heliópolis.
Observa uno el potencial que el Betis atesora de
medio campo hacia adelante y no tiene por qué esperar con pesimismo el
futuro inmediato. Es más, la llegada de Oliveira ha servido para, entre
otras muchas cuestiones, despertar a ese extraordinario futbolista que
atiende por Sergio García, pero... El pero es la poca solvencia del
equipo en su rodeo, con unos números de batacazo. Con el balance que el
Betis ofrece como viajero, a poco que se hubiese acorazado en casa, la
posición en la tabla daría para pensar en cualquier cosa menos en el
descenso, hasta para soñar con logros que por entidad social no debería
ser sólo sueño, sino tangible realidad.
Osasuna, Numancia,
Sporting, Almería y Valladolid son esos vecinos de tabla que han de
pasar por Heliópolis, se añade Valencia y Atlético, que andan en otra
frecuencia, y tenemos el rol de visitantes para que, en condiciones de
normalidad, el Betis sacase el curso adelante. Ya se sabe que,
desgraciadamente, los objetivos que se fijan desde dentro son los de no
bajar y si el Betis fuese fiable como local eso estaba prácticamente
hecho. ¿Y por qué esa fragilidad como anfitrión? Quien la lleva debe
entenderla, pero lo cierto es que resulta un enigma complicado de
resolver. Quizá lo de haber sufrido tantas expulsiones, no sé, pero
debe haber remedio, ¿no?
DESDE MI CORNER
http://www.diariodesevilla.es/article/opinion/366310/una/fragilidad/indescifrable.html