Mientras nos cachondeábamos de las galopadas de Odonkor por su banda, dando centros al área que podría firmar perfectamente cualquiera de los Teletubbies, un equipo con una hermosa bandera de España en sus mangas, salía a entrenar al césped del Ibrox Park.
Cuando hace un rato algunos foreros nos lamentábamos de que unos cuantos simios van a Vallecas el domingo con las entradas regaladas en pago a sus aullidos que nos han costado unos cuantos miles de euros, el otro equipo de la ciudad, el que arrolla allá por donde pisa, marcaba 4 goles como 4 puñaladas en la ambición de los béticos y se paseaba, nuevamente, por otro estadio mítico; 4 goles que son fruto del esfuerzo, de la calidad, de la planificación, de la inteligencia, de la ambición, de un modelo de gestión avanzado, en definitiva, de todo aquello de lo que nuestro querido club carece.
Algunos pensarán que es inútil fustigarse, que no conduce a ninguna parte sacar el látigo y despellejarse la espalda, que es de masoquistas venir a contarnos lo que ya sabemos…y probablemente tengan razón; sin embargo, es conveniente incidir en que nosotros podíamos ser perfectamente los que han entrado esta noche a sangre y fuego en Glasgow, si tuviéramos un presidente como Del Nido, que puede gustar más o menos cuando saca a pasear su chulería, que puede generar rechazo por sus filias políticas, pero que gestiona un club como el Sevilla F.C. con un modelo de probado éxito, rentabilidad y que es el orgullo de sus afortunados seguidores.
Que trabaja y deja trabajar, que ha introducido la cultura del objetivo, que tiene a los mejores profesionales en cada departamento, que cuenta con los mejores medios…un modelo digno de ser estudiado en las mejores escuelas de negocios (y esto no es una broma).
Nosotros, con una masa social mayor, con una fidelidad a prueba de bomba a nuestros colores, con un potencial que está entre los principales de España y, por supuesto, por encima de ellos, hemos de conformarnos con un cortijo asqueroso, gobernado por una persona sin formación, sin cultura y sin escrúpulos, desde un búnker que haría palidecer de envidia a la cueva del mismísimo Alí Babá , preocupado en exclusiva por la rentabilidad de sus parasitarias y dedicado en cuerpo y alma a perseguir al bético de a pie que despierta de su letargo.
Un personaje abyecto que nos ha condenado a ser el Levante de Sevilla y que nos lleva camino de convertirnos en el Rayo de Madrid. Por eso, como él mismo ha declarado alguna vez, dado que las victorias del rival le sientan como una puñalada, espero que esta noche haya sufrido muchísimo y recuerde que, probablemente, nuestro equipo tomará el mismo AVE en el que venga el Real Madrid estelar a jugar contra, cómo no, el equipo del que nos separa un abismo, pero en sentido contrario, para ir a un barrio de la capital a jugarnos un puesto de ascenso con el Rayo. Y que sufra, al menos, una pequeña parte de lo que sufrimos los béticos cuando oímos gritar a nuestros vecinos. Y que se le indigeste.