Resulta recurrente abrir el debate de las responsabilidades en el Betis de hoy en día, puesto que las respuestas no son tan diferentes desde hace tres años. En la foto siempre aparecen los mismos, aunque el reparto varía en función del momento y de los compañeros de viaje, en este caso Tapia. La crisis en la que se ha instalado el Betis desde el empate ante el Cartagena recupera la pregunta con múltiples respuestas: ¿quién tiene la culpa? Ahí van varios candidatos. Lopera. En el Betis todo pasa por él. Su manera de dirigir el club está más que destripada y criticada. Obviando otros asuntos que para este análisis no vienen al caso, preocupa que está recluido en su búnker de la calle Jabugo, a seis kilómetros del estadio, y hace y deshace a golpe de teléfono. La estructura del club es débil y poco motivadora, puesto que nunca se exigen responsabilidades y no hay parcelas suficientemente
profesionalizadas e independientes. Al menos esta temporada ya no premia a los jugadores con primas por resultados que entran dentro de la lógica —sólo habrá dinero extra por el ascenso—, pero tampoco tiene contacto directo con ellos para exigirles mayor compromiso con la causa en un momento tan delicado. Los asuntos judiciales le están afectando en el ánimo, así como el profundo rechazo social que suscita, y su falta de valentía a la hora de vender (Emana) o de fichar, también están pesando en una plantilla que merecía una profunda reestructuración aprovechando el descenso, según publica ABC de Sevilla.
Momparlet. El director deportivo de los últimos años, desde la marcha de Serra. Se ha hecho responsable de gran parte de los fichajes (otros los ha hecho Lopera directamente) y el 90 por ciento de los mismos ha sido de discutible gusto y rendimiento a pesar de que manejaba presupuestos elevados. No asumió con la dimisión su enorme parte de culpa en el descenso (algo que sí ha sucedido en otros clubes) y en la constante degradación deportiva de un equipo llamado a otras aspiraciones. Las contrataciones de esta temporada también son muy cuestionables según el rendimiento que están ofreciendo en este inicio de temporada. Su parcela ha perdido muchos efectivos y se teme que, en el caso de necesitar un refuerzo invernal, éste no sea de las garantías necesarias, como suele ocurrir últimamente.
Tapia. La única cara nueva en este análisis con respecto a las últimas campañas. Se le acusa de ser poco exigente con Lopera a la hora de hacer cambios en la plantilla y de mantener un discurso excesivamente proteccionista con su plantilla. Está en su papel y quizás sea lo más fiable del equipo en estos momentos. Sin embargo, el entrenador del Betis tiene que cumplir un perfil de dominador de todas las situaciones en la entidad (más allá de las que
le competen), que cuesta asumir. Su gestión con las «estrellas» del equipo, la fidelidad absoluta hacia los fichajes llegados bajo su auspicio a pesar de que algunos no den el mínimo esperado y la tardía reacción ante situaciones que debe atajar un técnico están en su debe actualmente.
La plantilla. Descompensada (tiene más porteros que delanteros), siempre con una excusa cercana y excesivamente protegida, la tropa bética está falta de liderazgo, personalidad y ambición desde hace mucho tiempo. Los capitanes elegidos tampoco imponen su parecer. Hay situaciones que invitan al acomodo y otras que son tan injustas entre compañeros de vestuario que provocan disconformidad. El ambiente aún es bueno, pero la dependencia de las «estrellas» preocupa. Hay jugadores con los que no se va a contar nunca o muy poco (Rivas, Nano, Óscar López, Ricardo) y la gran mayoría no está respondiendo a su calificación de jugadores de Primera que deben ser superiores en una categoría inferior. La plantilla no tiene estructura formada ni
educación futbolística desde hace mucho tiempo, un trabajo de años que hoy debe hacerse a la carrera.
http://www.alfinaldelapalmera.com/noticias/real-betis/betis-ahora-quien-tiene-culpa-malos-resultados-castellon.html
profesionalizadas e independientes. Al menos esta temporada ya no premia a los jugadores con primas por resultados que entran dentro de la lógica —sólo habrá dinero extra por el ascenso—, pero tampoco tiene contacto directo con ellos para exigirles mayor compromiso con la causa en un momento tan delicado. Los asuntos judiciales le están afectando en el ánimo, así como el profundo rechazo social que suscita, y su falta de valentía a la hora de vender (Emana) o de fichar, también están pesando en una plantilla que merecía una profunda reestructuración aprovechando el descenso, según publica ABC de Sevilla.
Momparlet. El director deportivo de los últimos años, desde la marcha de Serra. Se ha hecho responsable de gran parte de los fichajes (otros los ha hecho Lopera directamente) y el 90 por ciento de los mismos ha sido de discutible gusto y rendimiento a pesar de que manejaba presupuestos elevados. No asumió con la dimisión su enorme parte de culpa en el descenso (algo que sí ha sucedido en otros clubes) y en la constante degradación deportiva de un equipo llamado a otras aspiraciones. Las contrataciones de esta temporada también son muy cuestionables según el rendimiento que están ofreciendo en este inicio de temporada. Su parcela ha perdido muchos efectivos y se teme que, en el caso de necesitar un refuerzo invernal, éste no sea de las garantías necesarias, como suele ocurrir últimamente.
Tapia. La única cara nueva en este análisis con respecto a las últimas campañas. Se le acusa de ser poco exigente con Lopera a la hora de hacer cambios en la plantilla y de mantener un discurso excesivamente proteccionista con su plantilla. Está en su papel y quizás sea lo más fiable del equipo en estos momentos. Sin embargo, el entrenador del Betis tiene que cumplir un perfil de dominador de todas las situaciones en la entidad (más allá de las que
le competen), que cuesta asumir. Su gestión con las «estrellas» del equipo, la fidelidad absoluta hacia los fichajes llegados bajo su auspicio a pesar de que algunos no den el mínimo esperado y la tardía reacción ante situaciones que debe atajar un técnico están en su debe actualmente.
La plantilla. Descompensada (tiene más porteros que delanteros), siempre con una excusa cercana y excesivamente protegida, la tropa bética está falta de liderazgo, personalidad y ambición desde hace mucho tiempo. Los capitanes elegidos tampoco imponen su parecer. Hay situaciones que invitan al acomodo y otras que son tan injustas entre compañeros de vestuario que provocan disconformidad. El ambiente aún es bueno, pero la dependencia de las «estrellas» preocupa. Hay jugadores con los que no se va a contar nunca o muy poco (Rivas, Nano, Óscar López, Ricardo) y la gran mayoría no está respondiendo a su calificación de jugadores de Primera que deben ser superiores en una categoría inferior. La plantilla no tiene estructura formada ni
educación futbolística desde hace mucho tiempo, un trabajo de años que hoy debe hacerse a la carrera.
http://www.alfinaldelapalmera.com/noticias/real-betis/betis-ahora-quien-tiene-culpa-malos-resultados-castellon.html