La sangría del Betis
Tras dos meses de competición, los temores siguen siendo más grandes que las esperanzas en Heliópolis
Carlos Izquierdo | Actualizado 23.11.2009 - 01:00
LA herida por la que se desangra el Betis no ha cicatrizado, ni mucho menos. Sigue incluso más abierta que nunca, supurando sangre, bilis, odio y rencor. El Betis, este Betis, como el enfermo agónico tumbado en una cama del hospital, se nos va y quién sabe si será para siempre. Y todo pese a que, tras el descenso, se optó por la serenidad, por la contratación de un técnico capaz, por el mantenimiento de jugadores que deberían ser puntales, por intentar dotar al plantel de algo de la tranquilidad que nunca se tiene...
Pero, con dos meses de competición disputados, los temores en Heliópolis siguen siendo más grandes que las esperanzas. La incursión la pasada semana de unos ultras con bengalas en el entrenamiento no es más que otra muestra del desquiciamiento en el que vive este club. Una situación que remite de nuevo al propietario, que sigue sin aparecer por el estadio y continúa sin dar solución al problema.
Cierto es que él puede esperar la oferta que considere oportuna para deshacerse del club, pero no es menos cierto que él es el culpable de esta situación y muchísimo menos que el Betis sea sólo suyo. El Real Betis Balompié ya existía antes de que él llegara y millones de personas desean que siga existiendo cuando él se vaya, lo que sucederá algún día.
Por ello y sin más dilación, es Manuel Ruiz de Lopera el que debe dar un paso adelante para atajar la sangría y evitar la desaparición del Betis. Ahora, la gangrena continúa y podría llegar a ser mortal. A día de hoy, está más cerca del descenso a Segunda B que del ascenso a Primera. Y, si no se adoptan soluciones rápidas, quién sabe si en muy poco tiempo el Betis no será más que un recuerdo en el que se encuentre la figura de Manuel Ruiz de Lopera como la de aquel máximo accionista que un día salvo al club para llevarlo a su completa desaparición.
http://www.diariodesevilla.es/article/opinion/570130/la/sangria/betis.html
...y queda por saber las cuentas reales del Real Betis, que afirman los entendidos que podría rondar por los 120 millones de euros en deudas, cosa que seguramente no reconozca el club en la próxima Junta de Accionistas prevista para el 30 de diciembre. El Betis, a día de hoy, lo mires por donde lo mires, no hay por donde cogerlo. Sólo le salva su afición e historia, su mejor patrimonio.
Tras dos meses de competición, los temores siguen siendo más grandes que las esperanzas en Heliópolis
Carlos Izquierdo | Actualizado 23.11.2009 - 01:00
LA herida por la que se desangra el Betis no ha cicatrizado, ni mucho menos. Sigue incluso más abierta que nunca, supurando sangre, bilis, odio y rencor. El Betis, este Betis, como el enfermo agónico tumbado en una cama del hospital, se nos va y quién sabe si será para siempre. Y todo pese a que, tras el descenso, se optó por la serenidad, por la contratación de un técnico capaz, por el mantenimiento de jugadores que deberían ser puntales, por intentar dotar al plantel de algo de la tranquilidad que nunca se tiene...
Pero, con dos meses de competición disputados, los temores en Heliópolis siguen siendo más grandes que las esperanzas. La incursión la pasada semana de unos ultras con bengalas en el entrenamiento no es más que otra muestra del desquiciamiento en el que vive este club. Una situación que remite de nuevo al propietario, que sigue sin aparecer por el estadio y continúa sin dar solución al problema.
Cierto es que él puede esperar la oferta que considere oportuna para deshacerse del club, pero no es menos cierto que él es el culpable de esta situación y muchísimo menos que el Betis sea sólo suyo. El Real Betis Balompié ya existía antes de que él llegara y millones de personas desean que siga existiendo cuando él se vaya, lo que sucederá algún día.
Por ello y sin más dilación, es Manuel Ruiz de Lopera el que debe dar un paso adelante para atajar la sangría y evitar la desaparición del Betis. Ahora, la gangrena continúa y podría llegar a ser mortal. A día de hoy, está más cerca del descenso a Segunda B que del ascenso a Primera. Y, si no se adoptan soluciones rápidas, quién sabe si en muy poco tiempo el Betis no será más que un recuerdo en el que se encuentre la figura de Manuel Ruiz de Lopera como la de aquel máximo accionista que un día salvo al club para llevarlo a su completa desaparición.
http://www.diariodesevilla.es/article/opinion/570130/la/sangria/betis.html
...y queda por saber las cuentas reales del Real Betis, que afirman los entendidos que podría rondar por los 120 millones de euros en deudas, cosa que seguramente no reconozca el club en la próxima Junta de Accionistas prevista para el 30 de diciembre. El Betis, a día de hoy, lo mires por donde lo mires, no hay por donde cogerlo. Sólo le salva su afición e historia, su mejor patrimonio.
