Lo peor no es ser décimo sin premio, sino no jugar nunca para que te toque
FRANCISCO PÉREZ Martes , 17-11-09
Su equidistancia clasificatoria entre la cabeza y la cola, que le coloca más o menos como ombligo de la Segunda, ha hecho que salten todas las alarmas del beticismo, no sólo aquellas que llevan tiempo sonando al detectar el humo que sale del club, desde los vestuarios a la escasamente ventilada sala de reuniones. Con dos docenas y media de partidos por disputar, ser décimo sin premio, a seis puntos del primero, que lleva gritando ¡viva Cartagena! desde el inicio liguero, no me resulta especialmente grave. Lo que sí es chungo, y mucho, es lo malísimamente que juega este equipo de Antonio Tapia, que hizo del Málaga la temporada pasada un modelo de buen gusto y en esta, en un club al que llegaba para «progresar», no consigue que los suyos den dos pases en condiciones. Seguidos, claro.
Decía Sergio García al término del encuentro contra el Celta que el equipo sufre frente a los rivales que se posicionan bien. Habría que añadir que multiplica su sufrimiento si además éstos tocan el balón. El Celta, que lleva dos temporadas en el sótano tenebroso de la Segunda haciendo casting para una película de Balagueró, trasteó con los béticos todo el partido, imponiendo los tiempos del juego, sacudiéndose la presión con aperturas a las bandas y triangulando lo suficiente por el centro para convertir el balón en una pieza siempre en el otro vértice de donde andaba un jugador verdiblanco. Va a durar muy poquito abajo.
Nada de eso ha conseguido Tapia hasta ahora. Hay demasiada conducción de balón y muy poco toque, escasa preocupación por controlar el juego y mucha por coger con el paso cambiado al rival, demasiada fe en soportar el pulso al contrario en vez de bordearlo, excesiva dependencia del día que tengan Sergio y Pavone arriba. Y si es bueno, a rezar atrás. Cójanse el compás.
http://www.abcdesevilla.es/20091117/opinion-firmas/peor-decimo-premio-sino-200911170025.html
FRANCISCO PÉREZ Martes , 17-11-09
Su equidistancia clasificatoria entre la cabeza y la cola, que le coloca más o menos como ombligo de la Segunda, ha hecho que salten todas las alarmas del beticismo, no sólo aquellas que llevan tiempo sonando al detectar el humo que sale del club, desde los vestuarios a la escasamente ventilada sala de reuniones. Con dos docenas y media de partidos por disputar, ser décimo sin premio, a seis puntos del primero, que lleva gritando ¡viva Cartagena! desde el inicio liguero, no me resulta especialmente grave. Lo que sí es chungo, y mucho, es lo malísimamente que juega este equipo de Antonio Tapia, que hizo del Málaga la temporada pasada un modelo de buen gusto y en esta, en un club al que llegaba para «progresar», no consigue que los suyos den dos pases en condiciones. Seguidos, claro.
Decía Sergio García al término del encuentro contra el Celta que el equipo sufre frente a los rivales que se posicionan bien. Habría que añadir que multiplica su sufrimiento si además éstos tocan el balón. El Celta, que lleva dos temporadas en el sótano tenebroso de la Segunda haciendo casting para una película de Balagueró, trasteó con los béticos todo el partido, imponiendo los tiempos del juego, sacudiéndose la presión con aperturas a las bandas y triangulando lo suficiente por el centro para convertir el balón en una pieza siempre en el otro vértice de donde andaba un jugador verdiblanco. Va a durar muy poquito abajo.
Nada de eso ha conseguido Tapia hasta ahora. Hay demasiada conducción de balón y muy poco toque, escasa preocupación por controlar el juego y mucha por coger con el paso cambiado al rival, demasiada fe en soportar el pulso al contrario en vez de bordearlo, excesiva dependencia del día que tengan Sergio y Pavone arriba. Y si es bueno, a rezar atrás. Cójanse el compás.
http://www.abcdesevilla.es/20091117/opinion-firmas/peor-decimo-premio-sino-200911170025.html
